Biografía desde un juguete educativo
Tuve uno de esos juegos de anatomía en los que se montaba un cuerpo humano de plástico, primero el esqueleto —quizás ahí comenzó mi fascinación por las vanitas—, después se colocaban capas y capas de órganos superpuestos, finalmente la piel hasta alcanzar una falsa apariencia vivaz de ser terminado al que solo falta el traje que más se adaptara a su circunstancia. Personas completas sin genitales, como tiene que ser.
Me fascinaba esa forma desconocida de las vísceras y los recovecos que se supone todos tenemos dentro. Cuánto misterio y cuántas horas pasé manoseando esos cuerpos, cirujano infantil, fantaseando, creando monstruos: el bazo en la lengua, intestinos a la carbonara, el cráneo asomando por el ano, un cuerpo sin corazón que, sin embargo, sabía habitar el mundo ideal que se vende a los niños. Me asustaba cuando se perdía un órgano debajo de la cama, pobre cuerpo incompleto.
La poesía desvela, en cualquier momento, desde cualquier lugar inesperado, la capacidad que tenemos de ver lo real en la minuciosidad de la memoria y también en su dispersión. La poesía sabe transformar el presente, la agenda, la rutina. Poesía zahorí y chamánica que nos descubre lo que no sabemos que nos hirió o nos iluminó.
Soy ese niño que juega, también ese cuerpo de plástico que se llena de asuntos inadvertidos y cuajados de significado. Un adulto que no cree en la razón si no va acompañada de lo demás que la complete. Aún sé colocar el esqueleto en escorzos que me hacen reír.
JUEGO DE ANATOMÍA
dentro de mí hay dos lobosdiscuten y juegan a la briscala lata de botonesel tren puntual que me transportacada mañana al confín de la pacienciatachuelas calendarios de santosestampas de fútbol picoresun tarro con semillas dentrode mí quedan las migajasdentro de mí existeun huerto de rímel edificiossin cimientos un hambrede cría de cuco y manojo de víctimashuevos de avestruz un huertoinvadido por la salviaun plátano pochotodo el tiempo perdidofragancias de calles angostasurinarios templetestambién la asepsia de las avenidasel cangrejo que despedazael cadáver de la ballenacamelias caramelos espejosla lengua rota de bohemiaproductos para desposeer la plataeructos mal tirados que suenana discurso de aceptación de la culpamedallas de nataciónropa interior militarpoluciones y escapulariosrevistas porno peceras con amanteshumode tabaco de café de fogata de pistolade mistos dentro de mí la jaulade las afueras plantas trepadorasplantas rastrerasplantas de interior candadosbajos sótanos purgatorioshábitos monjes muertosbotellas vacías mudas de Caseray de la leche que mamasteniño dentro de ti hay un míque se retuerce y se preguntacuándo terminará el aluviónel eclipse de consejosque nos tapa las adelfasy nos pesa hasta que nos hundeen la repetición de lo que no somosdentro de mí un alguien que intentahacer inventario de la bilisy la belleza y el polvoarrumbados en el ático en los plieguesde la realidad durante añosdentro de mí un elefantesobre una tortuga sobre un terrónde azúcar dentro de mí aúnen equilibrio precarioun niño se retuerce en las tripas adultaspara que la figura rematadadel hombre con alforjasatienda y pueda abandonar la estibaque no le corresponde
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